No creo que os descubra nada nuevo si os cuento que la calle se encuentra bastante deteriorada, que el espacio para los peatones es escaso en una vía llena de gente en muchos momentos del día y que presenta un aspecto abandonado, lleno de parches y propio de otra época. Encontramos enormes contenedores de basura y reciclaje en unas aceras no especialmente generosas en relación al tráfico peatonal que soportan, parte del arbolado se ha ido deteriorando, los bancos de hormigón han ido desapareciendo...
No poca polémica acarreó la (a mi juicio acertada) conversión en vía de sentido único, norte, para el vehículo privado, ocasión que hubiera podido ser aprovechada para dar más holgura al espacio peatonal humanizando una calle que lo necesita como el comer. No sólo no fue así, sino que después de meses manteniendo TRES carriles en sentido norte, al final se optó por recuperar el doble sentido de circulación. Mientras tanto, la mugrienta e inhóspita calle paralela Alfonso de Castro sigue manteniendo dos carriles en sentido sur, uno de ellos utilizado durante todo el día para aparcar en doble fila y el Paseo de la Estación introdujo un tercer carril en sentido sur eliminando una mediana más que necesaria y de este modo fomentando la doble fila y las "pirulas"
Dejando a un lado el sobredimensionamiento del espacio para el vehículo privado (cosa que en poco o nada influye en la mejora de la fluidez del tráfico en una ciudad como la nuestra) vamos a centrarnos en María Auxiliadora ¿Qué tenemos en la actualidad? Pues dos aceras de 3,70m de anchura y una gran banda asfaltada central que acoge un carril bus en sentido sur y tres amplios carriles de circulación. Es evidente que el reparto tráfico peatonal-tráfico motorizado no es el deseable a juzgar por el funcionamiento diario de la calle:
¿Qué planteamos? La desaparición de uno de los dos carriles en sentido norte limitando a su vez el giro a la izquieda en la calle Van Dyck y permitiéndolo únicamente en Alonso de Ojeda a la altura de El Corte Inglés. Eso, o la desaparición del tráfico privado en sentido sur manteniendo los dos carriles en sentido norte. A su vez, la anchura de los carriles de circulación se ajustaría lo máximo posible fomentando velocidades más calmadas. El resultado:
-Una acera oeste de seis metros y medio de anchura, manteniendo el arbolado actual que quedaría en una posición central y disponiendo una banda ajardinada que la aisle del tráfico rodado y a su vez la dote de un carácter estancial necesario en una arteria llamada a ser la prolongación natural de uno de los ejes comerciales más importantes de la ciudad. En la acera este y aunque no soy partidario de segregar el tráfico de bicicletas, he dispuesto un carril bici de sentido único hacia el norte tras la hilera de árboles (que no interferiría con los peatones) ya que considero que la ligera pendiente de la calle y la disposición de un único carril de circulación rodada en ese sentido, así lo demandaba. Tendríamos así una calle que absorbería sin problema el tráfico de vehículos y que a su vez dotaría al peatón de un espacio digno, cosa que hoy por desgracia no sucede.
La avenida no es especialmente larga y el proyecto tampoco creo que fuese muy costoso. Todos saldríamos ganando mucho aunque me temo que en una ciudad en la que sigue imperando el pensamiento "cochista" a sería difícil de implementar. Esperemos que poco a poco las calles de una ciudad en la que casi el 70% de los desplazamientos se realizan a pie, reserve al peatón el espacio que le corresponde. No sólo esto, sino que empecemos a darnos cuenta de que el espacio público es encuentro, intercambio, estancia, experiencia, crecimiento, creatividad... y no sólo circulación destinada a la producción y el consumo. Difícil que lleguemos a verlo así, pero me niego a tirar la toalla. Con todo y con eso, la propuesta que planteo es de lo más discreta y en absoluto arriesgada:
Y una canción para disfrutar en un banco de la futura María Auxiliadora: