domingo, 5 de octubre de 2008

Tiraremos el dinero

Lo del jardín botánico de Huerta Otea no tiene otro nombre y resulta especialmente hiriente cuando hablamos de una ciudad con unos recursos económicos tan escasos.
Son pocos años los que lleva en funcionamiento esta nueva zona verde de Salamanca y parte de ella se encuentra totalmente abandonada. Tal vez el motivo de este abandono sean las próximas obras del hospital que podrían afectar a este espacio, pero aun así esto no sería justificación, pues no tendría sentido dilapidar una cantidad bastante generosa de fondos europeos para construir un parque que jamás va a ser utilizado.
La zona de la que os hablamos es la señalada en rojo en la imagen aérea (prácticamente medio parque)
Recordemos que el Ayuntamiento de Salamanca invirtió alrededor de seis millones de euros en este proyecto, gran parte de ellos provenientes de Europa. Llamadme raro, pero no le encuentro mucho sentido, ni lo considero propio de unos gobernantes serios el permitirse la frivolidad de tirar a la basura unos fondos tan necesarios y que tan bien le habrían venido a esta ciudad de haberse invertido con un mínimo de cabeza (Eso es pedir mucho)


Tras abandonar la "zona cuidada" del jardín botánico, nos encontramos con un lugar que parece haber sufrido un ataque nuclear. Este es el cartel que nos la bienvenida:

Estos son los escombros fruto de las obras de un colector. Por supuesto, nadie los ha recogido.


Los letreros que deberían darnos información sobre las especies plantadas en el jardín, apenas sobreviven.

Aquí uno de estos soportes, arrancado y tirado entre ramajos y escombros.


Las pocas papeleras que permanecen en pie, presentan este aspecto:



Hay zonas del parque que se han quemado y algunos árboles han resultado afectados. Los restos aún son visibles.


Aún permanecen en pie algunos troncos secos, testigos mudos de la dejadez más absoluta.
Parterres, jardineras y caminos casi se confunden. El aspecto es más que bochornoso.


Un soporte destrozado y pintado comienza a ser engullido por la maleza.

Las conducciones de un riego por goteo que nunca llegó a funcionar están arrancadas y tiradas entre la paja.


Las escaleras de acceso al parque están totalmente destrozadas. La maleza alcanza una altura similar a la de los restos de los árboles que se plantaron y nunca se cuidaron.


Nadie se encarga de la más mínima labor de mantenimiento. Las malas hierbas se han adueñado del espacio. Luego nos extrañamos de que se produzcan incendios...


Por supuesto; la suciedad es la dueña del parque. Las pocas papeleras que quedan en pie nunca se recogen.


Así está medio parque de Huerta Otea. Es muy sencillo gestionar y tirar un dinero que no es tuyo, sobre todo si sabes que una gran mayoría de salmantinos te van a seguir apoyando en las urnas cada cuatro años independientemente de todo esto. Podrían quemar la catedral; hordas de fans de Lanzarote lo justificarían de alguna manera. ¿Cuándo vamos a buscar la crítica constructiva y cierta independencia? Igual de triste es la postura de la oposición en el ayuntamiento, que ante temas como éste permanecen callados como si no fuera con ellos, o sus quejas quedan en un simple comunicado de prensa con una intención más publicitaria que la de resolver el problema.

Que alguien me lo explique. A mí se me cae el alma a los pies cada vez que veo algo así: Parques abandonados, árboles talados para colocar vallas de publicidad en zonas verdes, calles cada vez más sucias, baldosas que se sustituyen por hormigón en las calles principales del centro, contenedores gigantes en la puerta de la catedral nueva, en la Calle Compañía, a los pies de la Casa de las Conchas... ¿Se han vuelto locos?

viernes, 3 de octubre de 2008

Se acabó el saldo

Con un poco más de retraso que otros meses aquí tenéis ya tradicionales tablas del paro. Los datos son pésimos, pero nada que no estuviéramos esperando. Al final de cada verano se produce un repunte significativo del paro, sobre todo en el sector servicios, algo que afecta especialmente a una provincia como Salamanca.
El caso es que esas cifras positivas que acumulábamos desde el primer mes del año se han borrado de un plumazo con el enorme ascenso de parados en septiembre, el mayor de la comunidad en términos absolutos y el cuarto en términos porcentuales tras Soria, Burgos y Ávila.



Creo que no se puede hacer ninguna lectura positiva de estos datos. Por sectores, el principal incremento de parados el pasado mes en Salamanca se ha producido en los servicios, aunque curiosamente es este sector el único que presenta menos parados que a comienzos de año. La construcción es la que más está sufriendo, con casi un 16% más de parados en sólo ocho meses.

Las cifras de afiliados a la seguridad social (las venimos contabilizando desde mayo) tampoco dejan lugar a la esperanza: Salamanca, junto con Valladolid, Burgos y Ávila, es una de las cuatro provincias en las que ha descendido el número de cotizantes en los cuatro últimos meses, si bien nuestra provincia es la que ha sufrido un descenso menor.

La cosa está muy mal y una lectura positiva de estos datos es prácticamente imposible. Me temo que nos esperan meses muy duros.