Toca seguir dándole vueltas al tema del futuro aparcamiento subterráneo bajo la plaza (me niego a llamarlo parque) del Barrio de Garrido, pero esta vez dejando a un lado el tema económico para centrarnos en lo urbanístico, que a fin de cuentas es lo que vamos a disfrutar o sufrir todos por igual. Hace mucho tiempo que ya hablamos de esto en el blog, de su errónea ubicación (a mi juicio) de la necesidad de contar con un espacio estancial de calidad y arbolado en una zona de la ciudad carente de ellos y de la pérdida de actividad y decadencia de esta plaza necesitada de algún tipo de revulsivo que propicie que los vecinos volvamos a recuperar este lugar.
Ahora, ante la inexorable construcción de este aparcamiento y ya que hemos conseguido documentación gráfica, no nos queda otra que valorar lo que tendremos ahí dentro de unos años. Hace tiempo hablábamos de la posibilidad de compatibilizar la construcción de este aparcamiento con el respeto hacia la doble hilera de plátanos de sombra que rodean a esta plaza y que son los que podrían seguir confiriendo humanidad a este espacio. Parece ser que en parte se respetará ese arbolado maduro, necesario y vital en nuestra ciudad, a pesar de que muchas veces no seamos conscientes de ello.
Por lo que se puede ver en los planos, permanecerán en su sitio alrededor de setenta árboles localizados al norte y al sur de esta plaza, unos dos tercios del total de los plátanos que cierran este espacio. En la imagen animada siguiente he coloreado de verde los árboles que probablemente sigan en pie después de la construcción del parking.
Por lo que puede verse en la imagen siguiente, parece que no se ha optado por un diseño pensado, elaborado y un poco más complejo desde el punto de vista arquitectónico (si es que la imagen corresponde al diseño final) La nueva plaza se ha concebido como un lugar de paso más que como una zona estancial. Un diseño anodino, doblemente simétrico, para salvar el trámite, impersonal... Un kiosko musical que parece volver a aparecer en el centro de la plaza vete tú a saber por qué (yo jamás he visto ahí una banda tocando)
Vemos que los accesos al aparcamiento estarán localizados en los flancos este y oeste de la plaza y que contarán ambos con doble rampa.
¿Por qué no un diseño más interesante? Otras geometrías, generar espacios más sugerentes, dotar de contenido a ese lugar: Pistas de petanca, una pista de baloncesto, una cafetería en lugar del kiosko... ¡Yo qué sé! Pero tres caminos rectos que confluyen en un punto jalonados por bancos y unos simples parterres me parece que no solucionarán el problema, tan importante o más que la falta de aparcamiento.
Algo igual de importante sería intervenir en toda la superficie de la plaza y no sólo limitarse a la zona del aparcamiento. Tiene que convertirse en un lugar seguro, amable y accesible para mayores y niños. Uno tiene que salir de su portal y sentirse ya en la plaza y no que ésta sea una especie de isla rodeada de asfalto. Se pueden adoptar medidas sencillas y baratas para pacificar el tráfico sin tener por ello que renunciar al paso de los coches (controlado) y a mantener cierto número de aparcamientos en superficie.
En la tercera animación podemos ver cómo serán las plantas subterráneas que como se aprecia no ocuparán el subsuelo bajo las dos zonas arboladas:
Y aquí lo juntamos todo para que quede mejor explicado:
Y ahora la música: Ayer se homenajeó a un gran cineasta como Luis García Berlanga y hoy aquí quiero recordar a su hijo pequeño también desaparecido, un genio de la música y como no, infravalorado en el país de los triunfitos. Un tema, por cierto, ideal para un día tan ñoño como el de hoy:
PD: Os recuerdo que las opiniones son más que bienvenidas, sean o no afines (sobre todo si no lo son) y que hay un nuevo foro en el que podéis plantear y discutir sobre lo que os dé la gana. La direccióne es esta:
http://foro-blogsalamank.990980.n3.nabble.com/
Antes de que finalice el verano del próximo año, Salamanca contará en la Casa de María la Brava con el Museo América de Caja Duero, que expondrá casi 1.200 piezas precolombinas procedentes de la colección de la Fundación Cristóbal Gabarrón, según el convenio firmado ayer entre el presidente de la entidad financiera, Julio Fermoso, y Cris Gabarrón, presidente de la fundación.
El convenio señala que la institución cultural cederá temporalmente a la Obra Social de la caja su colección de arte americano, que recoge el legado de casi todas las culturas precolombinas que han dejado algún vestigio arqueológico, para su exposición en la Casa de María la Brava, edificio noble del siglo XV declarado Bien de Interés Cultural.
El presidente de Caja Duero destacó que el acuerdo con la Fundación Cristóbal Gabarrón es «un regalo para la sociedad que permitirá enriquecer la oferta cultural de Salamanca». Aunque el museo será un reclamo más en una zona que se verá especialmente reforzada con la creación prevista del Museo Nacional de Arquitectura y el Centro Documental de la Memoria, Fermoso señaló que la colección precolombina «nunca perderá su idiosincrasia e independencia», al tratarse de una oferta completamente nueva en la ciudad.
La Casa de María la Brava cuenta con una superficie de 1.300 metros cuadrados y está previsto que albergue en su planta superior la colección permanente, mientras que la de acceso se reservará para exposiciones temporales, «¿por qué no un diálogo entre algunas de estas culturas y un artista contemporáneo como Modigliani?», avanzó Fermoso.
La colección reúne piezas de más de tres mil años de historia, según señaló Gabarrón, quien destacó que el conjunto es fruto de «cuarenta años de coleccionismo». El museo acogerá obras de destacada calidad junto con piezas sencillas de uso cotidiano, en una panorámica de objetos y culturas. Predominan las cerámicas, pero también se podrán encontrar trabajos en piedra, metal, hueso, tejido e incluso plumas.
Según la Fundación, destaca la colección de vasijas ceremoniales, aunque también hay figuras de arcilla que representan divinidades o animales, además de adornos, útiles de trabajo o vestimentas. El conjunto reúne 70 piezas de la cultura maya, 200 de los incas, 15 procedentes de Venezuela y más de 600 objetos encontrados en Colombia, además de trabajos de orfebrería.
El convenio señala que la institución cultural cederá temporalmente a la Obra Social de la caja su colección de arte americano, que recoge el legado de casi todas las culturas precolombinas que han dejado algún vestigio arqueológico, para su exposición en la Casa de María la Brava, edificio noble del siglo XV declarado Bien de Interés Cultural.
El presidente de Caja Duero destacó que el acuerdo con la Fundación Cristóbal Gabarrón es «un regalo para la sociedad que permitirá enriquecer la oferta cultural de Salamanca». Aunque el museo será un reclamo más en una zona que se verá especialmente reforzada con la creación prevista del Museo Nacional de Arquitectura y el Centro Documental de la Memoria, Fermoso señaló que la colección precolombina «nunca perderá su idiosincrasia e independencia», al tratarse de una oferta completamente nueva en la ciudad.
La Casa de María la Brava cuenta con una superficie de 1.300 metros cuadrados y está previsto que albergue en su planta superior la colección permanente, mientras que la de acceso se reservará para exposiciones temporales, «¿por qué no un diálogo entre algunas de estas culturas y un artista contemporáneo como Modigliani?», avanzó Fermoso.
La colección reúne piezas de más de tres mil años de historia, según señaló Gabarrón, quien destacó que el conjunto es fruto de «cuarenta años de coleccionismo». El museo acogerá obras de destacada calidad junto con piezas sencillas de uso cotidiano, en una panorámica de objetos y culturas. Predominan las cerámicas, pero también se podrán encontrar trabajos en piedra, metal, hueso, tejido e incluso plumas.
Según la Fundación, destaca la colección de vasijas ceremoniales, aunque también hay figuras de arcilla que representan divinidades o animales, además de adornos, útiles de trabajo o vestimentas. El conjunto reúne 70 piezas de la cultura maya, 200 de los incas, 15 procedentes de Venezuela y más de 600 objetos encontrados en Colombia, además de trabajos de orfebrería.