Nacen, crecen, se inclinan y se caen.

Nacen, crecen, se inclinan y se caen, con el peligro que genera y la pérdida que supone. Sin que nadie haga nada por evitarlo. Eso es lo que le sucede a los árboles de la calle Alfonso VI, junto a la plaza de toros.
Hará ya más de diez años que esta calle se remodeló. Los plátanos de sombra que había allí, ya bastante grandecitos, fueron talados; algo a lo que ya estamos acostumbrados en esta ciudad. La acera norte se ensanchó considerablemente al desviar uno de los sentidos del tráfico por la calle trasera. En esta acera se plantaron aligustres y coníferas. Estas últimas fueron alcanzando cierto porte con el tiempo y la calle volvía a recuperar un aspecto bastante agradable.
¿Qué sucede? Que la orientación de esta vía hacia el noroeste, hace que incidan sobre ella la mayoría de los vientos que azotan la ciudad. Las coníferas crecieron y se inclinaron peligrosamente hacia el sureste. La mayoría de ellas han caído sin que se hayan puesto medidas para evitarlo.
En la imagen de hace pocos meses tomada de Google Earth, ya podemos ver como la calle se ha ido vaciando de arbolado. A día de hoy son nueve los árboles que han desaparecido en la zona. TODOS POR EL MISMO MOTIVO: Se han ido inclinando por el viento y un buen día han aparecido en el suelo.

Cada una de las cruces corresponde a una de estas grandes coníferas desaparecidas. Más del 50% de las que se plantaron en los años noventa con la reforma de la calle, han acabado en el suelo.

¿Qué sucede con las que quedan? Pues en la imagen superior lo podéis ver. Esa es la inclinación que presentan. ¿Se ha colocado algún sistema de seguridad o sujección? ¡Qué va! Tristemente dejaremos que ese árbol, ya de grandes dimensiones, se caiga. Total, en esta ciudad nos sobran y nos lo podemos permitir.

EL CÍRCULO ROJO DE LA IMAGEN SEÑALA LA LOCALIZACIÓN DE UN BANCO. ESPEREMOS QUE EL ÁRBOL NO ACABE SOBRE LAS CABEZAS DE NADIE.

Las coníferas que se cayeron han sido sustituídas por otras nuevas, que tardarán otra década en alcanzar un buen tamaño, inclinarse y caer. Las recién plantadas carecen de cualquier sistema de guía y ya crecen inclinadas.

(De las montañas de basura junto a los contenedores de reciclaje ya ni hablamos. Es algo cotidiano.)

Esta imagen muestra uno de los tocones, junto a la parada del autobús, sin retirar, que muestra la dirección en la que caen todos estos árboles.

Unos tirantes... No creo que sean tan caros. Y los resultados se agradecen.