Hasta ahora las calles perpendiculares a María Auxiliadora (Antes y siempre, Federico Anaya) presentaban el aspecto de la imagen:
Eran más bien una plataforma de asfalto para que coches aparcasen y circulasen libremente. Al pie de los edificios unas estrechísimas, sucias e intransitables aceras pretendían a duras penas hacer su función. Eran espacios a evitar, por los que nadie pasaba salvo que fuese indispensable. No había árboles, ni papeleras, ni bancos, ni sitio para nada, ni para nadie. Poco a poco había ido desapareciendo el comercio y los bajos de los edificios se habían convertido en improvisados garajes.
Recientemente estas calles han sufrido una remodelación profunda y creo que el cambio ha sido espectacular (a mejor), a pesar de muchas quejas vecinales que llego a comprender pero que me cuesta compartir. Una de estas calles, Ayala, ha quedado totalmente peatonalizada. De entrada y dejando a un lado otros aspectos, la mejora estética es indiscutible:
Hay espacio para caminar, pasear, encontrarse, comprar, sentarse, discutir, jugar... Sé que a pesar de esto sigue habiendo mucha gente reacia a aceptar el cambio, vecinos indignados con la reducción de plazas de aparcamiento, columnistas que en la prensa local despotrican contra estas reformas que han privado al vehículo privado de PARTE de su espacio y calificando la anchura de las aceras como "avenidescas" excesivas e injustificadas. "¿Quién va a ir por esas calles si no hay comercio?" "¿Quién se va a sentar en esos bancos si no es un parque?"
¿Qué se busca con este tipo de cambios? Posiblemente buscar escenarios urbanos agradables que generen entornos favorables que beneficien al común de la ciudadanía, pero no únicamente de cara a la movilidad, sino a la economía o las relaciones sociales. Probablemente muchos seguirán pensando que estoy escribiendo memeces y que la falta de aparcamiento en una calle como esa no justifica nada, así que vamos al vídeo que creo que refleja claramente lo que pretendo explicar. Han bastado los primeros rayos de sol del año para encontrarse algo así en la calle Ayala. ¿Cuánto tiempo hacia ya de esto? (Vean el video y perdón por la mala calidad de la imagen)
Los niños encontraron un lugar para jugar (son muy inteligentes). Las madres un lugar vigilado y seguro para que sus hijos jueguen. Cuando empiece a calentar el sol llegarán los abuelos y ocuparán los bancos, las madres bajarán la merienda a los críos, el restaurante de la calle sacará su terraza, los abuelos reñirán a los niños que juegan con la pelota, será más difícil hacer una pintada delante de todo el mundo, será más seguro circular por la calle. Pasará el tiempo y los árboles crecerán y darán sombra, a alguien se le ocurrirá alquilar su local comercial que otrora fue garaje para que otro monte un kiosco que le venda chuches a los niños y revistas y periódicos a los papás que están con ellos, al lado del kiosco abrirá otro bar y al lado del bar una tienda de ropa. Ya nadie se acordará de aquella calle Ayala tercermundista, sucia, cutre e incapaz de generar la menor actividad económica. Lo podemos ver desde el punto de vista más romántico (que es el que os he vendido) o ser mucho más prosaicos: Esos niños jugando son dinero. Son el germen de una actividad económica incapaz de desarrollarse si mantenemos escenarios urbanos como el que se daba en la calle Ayala antes de la reforma. Era más fácil aparcar, pero imposible generar trabajo dentro del tejido urbano y de poco sirve que se estacione fácilmente en un barrio que languidece económicamente.
Pero... ¿Y si no fuera verdad lo que escribo? ¿Y si el cambio no trajese consecuencias apreciables? ¿No consideraríamos YA UN ÉXITO el que los niños del barrio hayan encontrado un lugar en el que jugar a la pelota en lugar de quedarse en casa dándole a "la Play"?
Ahora toca que opinéis. Se esperan comentarios.
El cambio que ha dado la zona es bestial, yo visto como iba a quedar todo opte por coger un garage pago 60 € al mes y mas contento que unas castañuelas.
ResponderEliminarLo que me hacen gracia son los dueños de los carrazos aparcados en la calle, tienen 50000 € para un coche y no se pueden permitir pagar 60 o 90 € al mes.
Me gusta mucho como ha quedado todo pero yo habria hecho peatonal la calle del Gema y el Eku en vez de Ayala. Y los carriles de Fdo. Anaya los habria hecho un poco mas estrechos, porque practicamente entran dos coches
Y otra cosa espero que pongan vallas en los semaforos (como en la rotonda de Dº Urraca) para que la gente cruce por donde debe, porque vamos a tener un disgusto cualquier dia.
Como educador que soy... simplemente el hecho de ver esa imagen de niños jugando en la calle sin mayor preocupación, hace que el cambio merezca la pena!!
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo con lo escrito, pero creo que el problema de coche sigue existiendo. El vehículo ya estaba ahí, y si se pretenden peatonalizar ciertas zonas, hay que dar soluciones al vehículo. El aparcamiento de Garrido debería ser la solución, o parte de ella, pero no es previsible que se construya a medio plazo. Lo deseable sería pensar que el coche, con el tiempo, al dar más problemas que soluciones, empezaría a desaparecer de las calles, pero sabemos que no va a ser así.
ResponderEliminarEsta mañana iba con un amigo de Valencia por la calle Ayala y me dijo esto mismo, verás cuando haga bueno como este se llena de "nanos" jugando al fútbol.
ResponderEliminar"De nanos che...!" Pues se llenará y habremos ganado mucho a pesar de la polémica que supone cualquier pequeño cambio en esta ciudad. Seguro que a tu amigo tampoco le entraba en la cabeza que en Salamanca a veces cojamos el coche para recorrer distancias ridículas o que nos parezca que el aparcamiento de la Avenida de Porgtugal está lejos del centro.
ResponderEliminarTe felicito por tu blog,es de agradecer comprobar que aún existe gente con espíritu crítico en esta ciudad, tan acostumbrada a la resignación.
ResponderEliminarQué imagen tan nostálgica y que en mi opinión es el mejor reflejo de las ventajas de peatonalizar esas calles. Es cierto que el problema del aparcamiento se agrava, pero creo que merece la pena si se consigua dotar de vida a un barrio que hasta hace una década estaba infestado de niños jugando en la calle. Aunque me temo que los niños se están volviendo comodones (además hay menos por Garrido) y ya no salen tanto a la calle.
Viví durante muchos años en un bloque de la Calle Pedro Mendoza (perpendicular al Greco)que tenía un patio enorme para jugar, todas las tardes estaba lleno de niños jugándo al fútbol.... Ahora está desierto.
Hemos estado cinco días en Salamanca y metió el coche en el garaje el miercoles a medio día y lo sacó el domingo por la mañana para volvernos para Valencia. Pero si es que es una gozada poder ir andando a todos lados
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