domingo, 2 de octubre de 2016

Juan de Austria

Juan de Austria, hijo ilegítimo de Carlos I de España y V de Alemania. Este miembro de la Familia Real Española da nombre a una de las principales arterias de la zona transtormesina de la que desgraciadamente y con mucha frecuencia la infomación local se hace eco por sus peligrosas carreras de coches que en más de una ocasión ya han generado siniestros, accidentes e incluso atropellos graves, como puede verse en las imágenes:


"Los vecinos de El Tormes y San José denuncian que las carreras nocturnas de coches no cesan" (Salamanca 24h 30-08-2016)

El pasado jueves, tras leer en la prensa local la enésima noticia sobre siniestros, inseguridad y hartazgo de los vecinos de esta calle, opté por publicar un tweet  (no sin cierta sorna) precisamente con la intención de generar debate y ahondar en las posibles causas del problema.


Y sí, tal vez el calificativo "marginal" no sea el adecuado y no haya motivo para estigmatizar a todo un barrio por el comportamiento de un grupo de descerebrados, pero dejando a un lado posibles polémicas, lo que pretendo explicar es que más allá de las medidas policiales y coercitivas para atajar (temporalmente) este problema, creo que existen soluciones más interesantes e inteligentes para poner fin a estas carreras nocturnas y a la inseguridad vial de manera definitiva, ya que detrás de esta problemática subyace un problema de planificación urbana y de diseño que no se ha querido resolver en ningún momento, aun existiendo posibilidades de hacerlo, luego resulta hasta irónico que nos echemos las manos a la cabeza cada vez que un niñato ponga en peligro su vida y la de los demás jugando a ser Nico Rosberg por las calles del barrio.

Recientemente hemos asistido a la remodelación de aceras en varias avenidas de la ciudad, remodelación que únicamente ha consistido en la sustitución del pavimento antiguo por otro nuevo, manteniendo el esquema, la configuración y el reparto de anchuras de tráfico motorizado en vías que permanecían así desde hace décadas (Juan de Austria una de ellas). Ni se ha estudiado el volumen de tráfico, ni el comportamiento del mismo, ni las necesidades peatonales, ni posibles mejoras en materia de seguridad, ni la incorporación de arbolado (es más, se han sellado alcorques vacíos, véase la calle María Auxiliadora). Me parece de todo punto irresponsable, e incluso alarmante, que la única intención de una corporación municipal sea la de ofrecer a sus ciudadanos un cambio estético sin afrontar toda una serie de problemas de índole urbanística que de haber sido atajados, hubieran mejorado sustancialmente la vida de todos los vecinos (y creo que éste debe ser el objetivo de aquellos en los que se ha delegado para que lleven las riendas de la ciudad)

Así que éste es el aspecto que presenta hoy la Avenida de Juan de Austria. El mismo que el que podía presentar a mediados de los años ochenta del siglo pasado pero con aceras renovadas y con coches más modernos aparcados en sus márgenes (y ya aprovecho para calzaros una foto de esta avenida en el año 1975 con el edificio del centro de FP en primer plano, obra del arquitecto  Alberto Campo Baeza y un ejemplo de buena arquitectura) 



Y esto es lo que tenemos hoy. Aceras y calzada con la misma anchura que entonces. Sinceramente, no sé qué técnico o profesional que se enfrente al proyecto de remodelación de una calle, puede optar por mantener una anchura de carril de 4m o incluso superior, como si de una autovía se tratase, y lo que es peor: No sé cómo un ayuntamiento puede acometer obras de remodelación en esta vía manteniendo tal error de diseño. 

Veamos el ejemplo de la calle Carranza de Madrid:



Anchuras de carril menores y más ajustadas impiden el desarrollo de mayores velocidades y obligan a fijar una mayor atención en el resto del tráfico. Como se puede ver en la imagen, ambos sentidos de circulación quedan divididos por una estrecha mediana arbolada, impidiendo maniobras y cambios de sentido prohibidos, dando mayor seguridad al peatón e incluso limitando el deslumbramiento por el sol, algo frecuente en vías con orientación Este-Oeste, como es el caso y como es el caso también de la Avenida Juan de Austria. (No quiero recordar los motivos de espacio que se adujeron en su día para ventilarse la mediana del Paseo de la Estación, pero aquí tenéis un claro ejemplo de que la falta de espacio no es un problema)

Asumiendo que las aceras de Juan de Austria han sido renovadas hace pocos meses y que probablemente la mejor solución hubiera sido ensancharlas a costa de una reducción en la anchura de los carriles, tanto de circulación como de estacionamiento (con la consiguiente incorporación de arbolado de alineación) Voy a dar por hecho que ya no las podamos "tocar" ¿Existen soluciones para pacificar el tráfico y evitar las carreras? Sí, por supuesto:


Perdonad la paupérrima calidad del montaje, uno ya no tiene tanto tiempo para recrearse en "ponerlo bonito" Lo que me interesa es que se entienda. Aquí tenéis una posible solución (una de tantas otras que deberían estudiarse con calma, analizarse, compartir con los vecinos de la zona... etc.) Una mediana arbolada impediría velocidades excesivas, mejoraría la seguridad del peatón, no permitiría giros y cambios de sentido fuera de los lugares indicados para ello, mejoraría la visibilidad evitando deslumbramientos en ciertas horas del día...

Medidas para pacificar el tráfico hay decenas y no todas ellas pasan por hacer "sufrir" los amortiguadores del coches (que sé que alguno lo estará pensando mientras me lee) Las hay muy sencillas. Un simple refugio peatonal que estreche el carril al menos de manera puntual y que obligue a realizar un leve giro en la dirección del vehículo, puede ser una solución menos ambiciosa pero también efectiva:


Y es triste ver cómo la remodelación de aceras de esta avenida ha dejado de lado aspectos básicos como la mejora de la visibilidad y accesibilidad peatonal al "olvidar" construir sencillas orejas peatonales en las intersecciones y en los pasos de cebra. Detalles que mejorarían considerablemente la seguridad vial:



Y sí, por qué no... Colocar algún paso de peatones al mismo nivel de las aceras, algún badén, algún cojín berlinés (como en la última imagen) si fuese necesario, siempre sería más responsable que mantenerla tal y como está. Lo que no puede ser es que nos preguntemos por qué hay carreras, por qué hay accidentes, por qué hay atropellos y no seamos capaces de ir a la raíz del problema, máxime cuando las posibles soluciones siempre van a incidir en una mayor calidad de vida de todos, ya que ni siquiera estamos hablando de tomar decisiones en las que acabasen pagando "justos por pecadores" sino que supondrían mejoras importantes a nivel ciudad. Pero no, mejor cambiamos losetas viejas por nuevas para que parezca que hacemos algo y dejamos a un barrio al margen del resto de Salamanca. 


                                                                    Chicanes en una calle. FOTO: Richard Drdul


                                           Estrechamiento de carriles. FOTO: Brent Granby

Deseando que aportéis vuestros comentarios, ideas, sugerencias, críticas... 

Os dejo con un tema ligerito para una mañana de domingo: 


1 comentario:

  1. En 1969 Philip Zimbardo, psicologo de la Universidad de Stanford, llevo a cabo un pequeño experimento. Colocó en el Bronx un coche que, aunque al ser viejo tenía toda la pinta de estar abandonado, estaba intacto. En sólo dos horas el coche fue desvalijado.
    Colocó un modelo similar en un barrio de clase alta. Durante la primera semana no paso nada, así que rompió una de sus ventanas. Bastaron también un par de hora para que el mismo fuese rapiñado.
    Como sabrás hablo de "La teoría de los cristales rotos" que viene a señalar que si en un entorno urbano se arreglan de forma regular los desperfectos que forma voluntaria o involuntaria se generan cada día (árboles arrancados, grafitis...) los habitantes de ese entorno serán menos proclives a realizar nuevos desperfectos.
    Por ejemplo, cuando pasas junto a una casa abandonada con casi todos sus cristales rotos ¿quién no ha sentido la tentación de lanzar una piedra a los pocos que quedan enteros?
    Esta teoría se puede aplicar a cualquier campo. Por ejemplo si en tu trabajo se respira compañerismo, hay ética... seguramente aumente la productividad y la colaboración entre el equipo. Pero si se permite que una o varias personas rompan las reglas (mala praxis a la hora de conseguir objetivos, calientasillas, etc) tu trabajo será una pesadilla.
    Llevando esta teoría a nuestro querido charrajevo y al tema que nos ocupa, hay que partir primero de que la mayor parte de la gente no es consciente de la suerte que tenemos de tener una ciudad donde podemos ir al 90% de sus puntos andando.
    La bici es otra opción para ir a puntos más lejanos. Falta tal vez una mayor cultura por parte de conductores y ciclistas (como ciclista me fastidia ver a gente que sin luces por por la noche o adelantando a coches por la izquierda) para que se cree una cultura de respeto mutuo. Tal vez una mayor apuesta por carriles bici realmente útiles que se añadan a los recreativos (básicamente conectar los polígonos con los carriles bicis).
    Actuaciones de urbanismo como las que señalas pueden ayudar sin duda a erradicar a estos "Fernandos Alonso"; pero si no se acompañan de medidas represivas de nada valen. ¿De que sirve ensanchar las aceras para facilitar su accesibilidad si luego se convierten en espacio de aparcamiento o explanadas para poner terrazas? En resumen una privatización del espacio público.
    Si el Ayuntamiento permite día sí y día también que las furgonetas de ciertas cadenas de pastelería o carnicerías suban sus furgonetas a las aceras para "descargar más cómodos" pese a disponer de zonas de carga y descarga aledañas. ¿Qué impide que un ciudadano siga el mismo ejemplo?
    Tal vez a la 5º multa de 500 € los dueños de esas cadenas se lo pensarían.
    Si se permiten las dobles filas de canicoches en los bares con terraza, para que sus dueños los muestren con orgullo a sus amigos y, al mismo tiempo, que esas terrazas excedan el espacio permitido. ¿cuan paciente tienes que ser para, tras salir del portal con tu bici y no tener espacio para pasar, no montarle el pollo al del bar por no señalar a sus clientes que dejen un espacio mínimo para que la gente pueda salir del portal sin agobios?
    En conclusión si de forma individual nos falta esa empatía para no hacer el macarra con el coche o cuando estamos en una terraza de noche pensar en que los vecinos no tienen que soportar tus gritos poco avanzaremos.
    Si por el otro lado el Ayuntamiento tolera esa falta de civismo, tenemos la fórmula perfecta para crear una ciudad de "cristales rotos"

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