miércoles, 22 de enero de 2014

Espacios de convivencia (II)

En la anterior entrada del blog intenté explicar con detalle una posible propuesta de espacio compartido a aplicar en ciertas calles de nuestra ciudad con el fin de mitigar la desigualdad y las carencias espaciales de las que adolecen. No sé si será o no la mejor opción (a mi juicio sí, por eso la propongo) ya que resulta harto complicado enfrentarse a un espacio urbano abstracto, complejo, alienado y en el que las funciones sociales se diluyen, trastocan y envilecen en pro de intereses ajenos a eso que llamamos "bien común" Asumo mis limitaciones a la hora de concebir un espacio cuando todos carecemos de elementos de lectura adecuados y nuestra vivencia interna y la práctica de uso del lugar no creo que se correspondan con lo que podría esperarse de una sociedad sana y democrática. Aun así habrá que buscar soluciones y fomentar una rebeldía incluso (y fundamentalmente) espacial y urbana para lograr alcanzar lugares que contribuyan a redefinir esos modelos de producción y reproducción social diferenciados y análogos a esa sociedad que necesita retomar su conciencia (de clase, sí, qué pasa) y regenerar de manera "natural" ese espacio que se le ha usurpado. Ése es mi fin, qué le voy a hacer, seguir creyendo en la redefinición del espacio como elemento de cohesión social y democracia. 

Ya vuelvo a la tierra. 

En los comentarios a la anterior entrada algunos me hablabais de las bondades de la propuesta pero dudabais de su eficacia a la hora de ponerla en práctica en las calles de nuestras ciudades, e incluso me dabais ejemplos de "vías de convivencia" o de espacio compartido que habían devenido en un absoluto fracaso.

No hay peor enemigo a la hora de hacer ver las bondades de una solución urbana que la existencia de una supuesta solución similar que en realidad no es más que una aplicación parcial o pervertida de lo que realmente debería ser. Me explico: Por ejemplo, no hay peor enemigo para el carril-bici y la movilidad ciclista que esas bandas ciclables que se disponen en aceras, hurtando el espacio del peatón, poniendo en peligro a niños y personas mayores y generando ANIMADVERSIÓN  hacia el ciclista. Un carril-bici no es eso y sin embargo se nos vende como tal, consiguiendo generar reticencias y desprecio hacia lo que debería ser una infraestructura eficaz y útil en las ciudades de plantearse con cabeza. Es preferible no hacer nada a hacerlo mal o a pervertir una solución urbana hasta llevarla a lo grotesco por el mero hecho de convertirla en un elemento publicitario o de supuesta sostenibilidad.

Del mismo modo que se nos vende como carril-bici lo que en realidad no lo es, convirtiéndolo en un elemento contraproducente y dañino, últimamente nos venden como "espacios de convivencia" soluciones que de esto tienen muy poco y que no sé si de manera interesada vuelven a generar el rechazo de la comunidad, con toda razón. 

Veamos el caso de ALCORCÓN, una ciudad de tamaño medio en la periferia sur de Madrid en la que recientemente se ha actuado en algunas calles cercanas a la estación de cercanías "Alcorcón Central" vendiéndonoslas como "vías de espacio compartido, calles de coexistencia o espacios de convivencia" NADA MÁS LEJOS DE LA REALIDAD:

Aquí tenemos una imagen aérea de la zona de la Avenida de Extremadura. La calle de plataforma única se corresponde con la zona más cercana a los edificios (derecha)


Partimos de un error o contradicción de base cuando planteamos una supuesta calle de convivencia y en paralelo segregamos el tránsito peatonal y ciclista. Lo que caracteriza a un espacio de convivencia es precisamente eso; la coexistencia de todos los tráficos de manera calmada y respetuosa en un mismo espacio. Si de entrada segregamos, el concepto se diluye:

Lo que se nos está pretendiendo vender como espacio de convivencia es lo que en esta imagen discurriría tras la banda de aparcamiento en batería. Habría que ser un peatón un poco cafre si decides caminar por ahí cuando la calle te ofrece una amplia banda peatonal, arbolada, estancial que vemos en primer plano. Junto a ella la "acera-bici" que segrega también el tránsito de bicicletas.


Y esto es lo que se nos vende como "espacio de convivencia" Vamos a ver... No sólo hemos desplazado el tránsito peatonal y ciclista a otro lugar sino que convertimos esta banda de circulación en un lugar aislado y protegido por el propio aparcamiento, que deja expedito el espacio del vehículo privado. 

Si algo caracteriza a un espacio de convivencia es la PERMEABILIDAD y la libertad de movimientos, no limitándonos a los desplazamientos lineales, elementos que aquí desaparece por completo. Se ha generado una banda de circulación rodada INACCESIBLE y flanqueada por dos BARRERAS de aparcamiento, banda de circulación que como hemos dicho antes, ha sido separada del paso de peatones y bicicletas.

Vayamos ahora a las calles interiores para seguir analizando este supuesto espacio "de convivencia"


Esto NO ES UN ESPACIO DE CONVIVENCIA. Dejar la acera y la calzada al mismo nivel no convierte una calle en un espacio de convivencia, máxime si se mantiene el lenguaje y los códigos de la segregación habitual, como es el caso de la imagen. Como vemos, el espacio que correspondería al acerado es tratado con un pavimento claramente diferenciado que marca la zona del peatón y se reproduce el mismo esquema acera-aparcamiento-calzada-aparcamieto-acera de la calle "tradicional" Se vuelve a incidir en el más grave error que avoca a esta calle al fracaso: LA AUSENCIA DE PERMEABILIDAD PEATONAL. El espacio central de la calle vuelve a aparecer flanqueado por dos barreras de aparcamiento continuas que custodian la circulación de otros vehículos librándolos de interferencias externas. El peatón no va a dejar de ocupar esas "aceras" que le han "dibujado" en el suelo y no va a colonizar el espacio central de la calle porque le será materialmente imposible traspasar esa banda de aparcamiento.



Aquí vemos cómo en estos espacios MAL DISEÑADOS y que nada tienen que ver con la convivencia, el vehículo privado sigue agarrando la sartén por el mango y es el que condiciona el resto de tráficos. La ausencia de elementos físicos que delimiten y limiten la presencia del coche provoca situaciones como las que veis en la imagen. No basta con creer en la conciencia cívica del ciudadano sino que habrá que planificar con cabeza e imaginación, cosa que aquí no sucede.


Si además se urbaniza así de mal, pues apaga y vámonos.

En la cercana Leganés podemos ver vías de coexistencia que sin ser una maravilla, sí han sido planteadas con algo más de acierto:




- El pavimento es continuo y no delimita ni condiciona el espacio del coche y el peatón.
- Existe permeabilidad transversal.
- No hay un sentido de circulación definido en los viales.


Y encontramos un pavimento bien ejecutado y permeable que facilitará un correcto ciclo del agua, algo muy importante y que habitualmente obviamos.

Por lo tanto lo que planteaba para el barrio del Oeste no es esto (limitaciones espaciales) pero ni mucho menos es lo que padecen los vecinos de Alcorcón:



Se debería cuidar el diseño, fomentando la permeabilidad peatonal y colocando elementos que contribuyan al calmado del tráfico. El resultado buscado: Un lugar que realmente se comparta y no un peligroso espejismo de convivencia. Creo que si las cosas se hacen bien y con mimo se obtienen resultados satisfactorios.

Se esperan aún más comentarios, sugerencias, preguntas, críticas...

Y ahora una canción que me tiene obsesionado últimamente:




domingo, 19 de enero de 2014

Compartir es vivir

Ahora mismo estáis leyendo la primera línea del texto pero creedme que llevo un buen rato pensando cómo le meto mano para que se entienda y no se malinterpreten las ideas que pretendo exponer, probablemente por no saber hacerlo con la claridad que correspondería. Muchas veces uno olvida que el boceto o la imagen que uno presenta, a pesar del trabajo y la reflexión previa, se está enfrentando a realidades y espacios diferentes que deberían guardar cierto equilibrio y que esa ciudad que se planifica y concibe se enfrenta a esa ciudad que se vive y se percibe, tanto individualmente como en comunidad. Difícilmente se está realizando una buena práctica urbana cuando el espacio físico de la ciudad choca frontalmente con unos espacios sociales y personales que cuentan con un inalienable derecho a ella. Y sí; es por lo de Burgos, aunque no tenga intención de profundizar hoy en ese tema y prefiera tomar un ejemplo local.

Podríamos divagar durante horas sobre teorías de conjuntos y análisis espaciales o epistemológicos para intentar dar solución al problema de la configuración del lugar del espacio urbano. De si el lenguaje define el espacio o el espacio el lenguaje, de si ese entorno físico de la ciudad surge en lo individual o en lo colectivo, de si esos espacios sociales, personales y del planificador son independientes o aparecen imbricados y contenidos en un sistema espacial superior que les condiciona y limita su percepción y conocimiento... y bajando a la tierra y al prosaico mundo de la planificación urbana, cada día tengo más claro que los procesos "bottom-up" (de abajo a arriba) en los que la participación ciudadana juega un papel fundamental, pasados por el tamiz del planificador y el diálogo, son la manera menos mala de plasmar soluciones interesantes y sensatas.

Y aquí mi reflexión: Sinceramente, me parece ingenuo que una comunidad a mi juicio alienada por un sistema socio-económico perverso, injusto y desigual, pueda generar soluciones urbanas eficaces y liberadoras por mucha buena voluntad democrática y organizativa que se busque. Tenemos que escucharnos TODOS y en todas direcciones si queremos encontrar respuestas y soluciones que realmente busquen el bien común, y la autosuficiencia, libertad y felicidad.

Hoy nos vamos "de viaje" al Barrio del Oeste, aunque este ejemplo podría servir para muchas otras calles de nuestra ciudad. Por cierto ¿Qué es una calle? ¿Nos lo hemos preguntado alguna vez? Las vivimos, las reconocemos, las sufrimos... pero ¿Qué es una calle? ¿Un mero elemento urbano lineal y vacío destinado a la circulación desde nuestro hogar a los centros de producción económica, consumo, ocio, formativos...? ¿Nos queremos creer que es sólo eso? ¿Realmente una comunidad que vela por el interés general acordaría o generaría calles así? Y desde un punto de vista individual ¿Somos seres tan simples? ¿Somos vulgares lemmings descerebrados y dirigidos sin ningún tipo de aspiración, anhelo, rebeldía o búsqueda de la libertad en el espacio público?


Creo que al observar imágenes como ésta podemos afirmar que partimos de una paradoja, de una contradicción urbana de base al negar a la "polis" su derecho a la misma, fomentando de manera deliberada e inconsciente (penica de sistema) desequilibrios, retorciendo necesidades, generando interesadas dependencias...

A lo que voy. Ahora basándome en lo expuesto anteriormente podría entrar como un elefante en una cacharrería y plantear una solución urbanística drástica para esta calle con toda mi buena voluntad y cargada de razones y argumentos pero sería bastante ingenuo creer que no va a chocar con la visión espacial, vivencial y conceptual que de ella tienen vecinos, en comunidad o individualmente y que es igual de respetable que cualquier otra.

Voy a intentar dar entonces una solución técnica a lo que creo que es un problema, intentando razonarla y explicarla:

Creo que una comunidad libre, autosuficiente, dinámica, inquieta, alegre, económica-social e intelectualmente "saneada"... no genera semejantes espacios urbanos, tan limitados, repetitivos, desprovistos de decenas de funciones y necesidades y lo que es peor, diabólica e interesadamente diseñados para que no puedan asumirlas a futuro. Muy bien; necesitamos movernos y lo hacemos de muchas maneras: La mayoría en Salamanca caminan en sus desplazamientos cotidianos (cerca del 70%) otros utilizan el transporte público o su vehículo privado, una minoría cada vez mayor se desplaza en bicicleta... Por un lado creo que a todos nos gustaría que las cosas cambiasen y vivir en una ciudad más limpia y eficiente pero no asumir que un porcentaje de la población nada despreciable sigue y seguirá desplazándose en coche y planificar negando esta realidad sería un disparate (aspecto que creo que se ha malinterpretado en otras entradas de este blog)

Dejando a un lado la movilidad, importante sí, pero un elemento más en la ciudad, veamos imágenes de otras calles e intentemos analizarlas cada uno un poquito:





La calle no tiene porqué supeditar a una "necesidad" de movilidad, aspectos vitales como la estancia, el encuentro, el intercambio de ideas, el disfrute, la imaginación, el flujo de la información, la reunión... Vale, muchos me diréis "Sí, pero el espacio de una calle del barrio del Oeste es el que es y de donde no hay no se puede sacar y salvo que quites espacio al coche no vas a logar algo así y por supuesto, no vas a quitar espacio al coche" Y entiendo todas esas afirmaciones.

Vale, reto propuesto. Analicemos cómo se distribuye una calle secundaria de esta zona como podrían ser Joaquín Costa o Isidro Segovia. Vías con muy poco tráfico de coches salvo el que genera la propia búsqueda de aparcamiento ya que se trata de calles que no comunican zonas de la ciudad entre sí ni estructuran el tráfico del barrio. Ahora mismo el espacio en esas calles se distribuye de la siguiente manera:


Minúscula acera, que genera incluso problemas de movilidad y accesibilidad, banda de aparcamiento interrumpida por los vados de garajes a pie de calle y espacio central asfaltado de circulación rodada desproporcionadamente ancho (el carril de circulación de una autovía mide 3,5m y aquí supera con creces los 5,5m) y con una densidad de tráfico testimonial, muy escasa. 




Como bien dice el título de la entrada "Compartir es vivir" y me pregunto por qué seguimos apostando por modelos de calle que segregan y compartimentan de manera tan inhumana los diferentes tráficos que se dan en ella a sabiendas que por sus características y volumen todos podrían convivir y que esa convivencia generaría mayor seguridad, actividad, bienestar... etc. No sólo segregamos sino que para más inri esa segregación se jerarquiza y a la hora de hacerlo primero damos espacio al coche y después ya vemos lo que hacemos con las "sobras"

Si en calles con volúmenes de tráfico rodado y peatonal importantes se ha demostrado que la convivencia en el espacio es más segura que la segregación ¿Por qué no en pequeñas y tranquilas calles de barrio? A continuación un vídeo con un ejemplo de espacio compartido en una de las intersecciones más complejas de la ciudad austriaca de Graz. Se ha demostrado que tras poner en funcionamiento este tipo de soluciones, la siniestralidad ha descendido y ha mejorado la fluidez del tráfico. 


Otro ejemplo de espacio compartido en una calle de la ciudad suiza de Berna, calle que soporta un tráfico rodado equivalente al que podrían tener aquí María Auxiliadora o la Avenida de Portugal. No hay atropellos, no hay atascos... A lo mejor deberíamos replantear en qué modelo de ciudad vivimos cuando los atropellos no dejan de incrementarse en Salamanca:


Y como último ejemplo de gran intervención urbana y de experiencia de espacio compartido, Exhibition Road en Londres, una gran calle turística en el centro de la ciudad con una densidad de tráfico muy elevada. Os dejo unos vídeos, uno de ellos previo a la reforma (con la polémica que ésta implicaba) otro en el que se muestra la situación actual de esta gran avenida en un contexto diario normal y por último otro que muestra las posibilidades y la versatilidad de este espacio, ahora mucho más flexible:




Y aquí unas imágenes de esta calle:





Y ahora volvamos a nuestra pequeña calle de un tranquilo barrio de Salamanca por la que no circulan cada año nueve millones de peatones. En la imagen siguiente podemos ver la misma calle con la situación actual (abajo) y con una posible propuesta de espacio compartido (arriba)


La sección final sería entonces algo así:


Estamos manteniendo un número similar de aparcamientos que en la actualidad, estamos dejando espacio para la circulación de vehículos (fundamentalmente de residentes) de manera calmada y segura y a la vez aparece ante nosotros un espacio de mayor fluidez, versatilidad y posibilidades:






Qué ganamos?

-Seguridad al calmar el tráfico en pequeñas calles de 120m de longitud.
-Accesibilidad, al eliminar desniveles, escalones y segregación de tráficos...
-Mayor espacio y prioridad para el peatón, principal "usuario" de la calle y equidad a la hora de repartir los distintos tráficos que se dan en este espacio.
-Versatilidad de funciones y riqueza espacial. Calles con un mayor potencial y variedad de usos en función de las necesidades de la comunidad o momento del día al haber acabado con un esquema rígido e ineficaz.
-Mayor calidad ambiental al sustituir el pavimento de asfalto por una superficie continua y con mayor permeabilidad, que junto con la introducción de arbolado favorecerán un correcto ciclo del agua, espacios de sombra, temperaturas atemperadas, retención de partículas nocivas en el ambiente, producción de oxígeno...
-Mejora estética que unido a todo lo anterior favorecen e incentivan el intercambio, el encuentro, la estancia, la presencia... y por ende la actividad  económica y comercial de la calle y el bienestar de los vecinos.

Qué perdemos?

-Pues probablemente dos plazas de aparcamiento, dos segundos si hablamos de recorrer la calle en coche y mucho asfalto.


Se esperan opiniones, críticas, reflexiones... y para terminar una rareza de un grupo salmantino de ya hace unos añitos:




sábado, 4 de enero de 2014

No todo está perdido

Comienzo el nuevo año con el firme propósito de contar hasta diez antes de de twittear, responder, comentar... o escribir una nueva entrada en el blog. Difícilmente diré nunca lo que pienso si me dejo llevar por el calentón y suelto la primera impresión o burrada que se me pase por la cabeza aunque probablemente esto último (lo de las burradas) lo siga haciendo con el único afán de provocar o discutir, cosa que los que me conocen saben que "me puede"

Durante esta navidad he tenido tiempo para volver a pasear por Salamanca y han sido varios los días en los que nada más llegar a casa hubiese agarrado el teclado y arramplado con todo. Una vez alguien me comentó que la sensación al llegar a Salamanca es la misma que se tiene al terminar de caminar por un andador del aeropuerto, un extraño frenazo y una pesadez en las piernas que requieren un periodo de adaptación breve; no le faltaba razón. Dejando a un lado el lógico contraste con la gran ciudad y esa falsa percepción temporal que te hace ver todo exageradamente pequeño, sencillo y tranquilo, es complicado llegar a un lugar que se alquila, se traspasa, se liquida por cierre o jubilación y que va perdiendo personalidad y vitalidad. Calles que se quedan sin comercio, escaparates que se cubren de papeles y pintadas... Otro paseo navideño para darse cuenta de que ese bar en el que pasaste tardes charlando y comiendo tarta ya no está aunque ahora ya puedas comer el mismo big-mac en cuatro puntos diferentes de la ciudad, o que esa mítica juguetería del centro echará el cierre en breve para dar paso al enésimo cartel de Ceigrup o Inmobiliaria Hernández Bueno. Seguir viendo locales vacíos en plena Plaza Mayor a sabiendas de que en cualquier ciudad mínimamente "sana" durarían menos que un caramelo en la puerta de un colegio. 

Leer el periódico y descubrir que estás en la capital de provincia que más población perdió el año pasado sin que las autoridades abran la boca para justificar o intentar paliar esta situación. Salir a la calle y corroborarlo esos días en los que los estudiantes se han marchado, los hijos y nietos todavía no han llegado a pasar la Navidad y no son fechas para hacer turismo. Hacer memoria repasando las viviendas de tu edificio y darte cuenta de que todos los niños que jugábamos en el parque del barrio nos hemos marchado...

 Y uno vuelve a intentar creer en su ciudad pero descubre que ese pequeño parque otrora lleno de niños, un preciado espacio libre en un barrio abigarrado en el que no entra el sol y que no superaría el calificativo de "plaza con árboles" va a ser fruto de la especulación y del gamberrismo institucional para convertirlo en un aparcamiento subterráneo sobre el que no volverán a crecer las decenas de plátanos de sombra que hoy lo circundan. Melancolía que se transforma en ira y después en frustración al comprobar cómo los pocos y mayores vecinos que allí quedan siguen viendo estas infraestructuras como paradigmas del progreso y la calidad de vida. 

Y al final mis pies me llevan al parque, me apetece verlo, aunque sea silencioso, encharcado, abandonado y solitario. Aunque ya no haya ningún niño jugando a las canicas, comprándose un chicle Cheiw de fresa ácida en el kiosko o entrando al Montreal 76 a jugar unos futbolines. Es entonces cuando descubro que mi barrio ha quedado relegado a la categoría de aparcamiento y que en lugar de intentar ganarle espacio al verde, se ha hecho todo lo posible por aprovechar cada rincón para apilar el mayor número de coches.


El "paseo" de los Robles luce de esta guisa, cual pista de coches chocones. Me pregunto quién será el lumbreras que ha optado por semejante solución y en qué se ha basado ya que soy incapaz de encontrar un ejemplo similar en otra ciudad española, aunque también doy por hecho que estas medidas populistas que no llevan a ninguna parte, ni solucionan nada ya que son "pan para hoy y hambre para mañana" habrán sido recibidas con aplausos por los vecinos creyendo que les están facilitando la vida. Soy muy dado a imaginar cómo podría ser mi ciudad si reinase otra mentalidad y se aplicasen políticas urbanísticas y de movilidad propias de la Europa del siglo XXI, jugar con Autocad, Photoshop, intentar aplicar lo poco o mucho que he aprendido y es frustrante que mientras, por ejemplo, uno intenta articular un sistema continuo de espacios libres y recorridos peatonales y tiene el Paseo de los Robles como un potencial eje de conexión norte-sur en el barrio con muchas posibilidades, no solo veo que aspectos así ni se consideran sino que además se hace todo lo contrario, y no lo discutas que la máxima imperante en la ciudad sigue siendo la de "cuanto más aparcamiento gratis en la calle mejor para todos, menos atascos y más calidad de vida" 

Dejo el barrio y me encamino hacia el centro caminando por aceruchas estrechas  y en un estado lamentable que podrían ser una buena localización de exteriores para series como "Cuéntame" Llego a Van Dyck y veo que esto: 


Ha sido sustituido por esto: 

Creedme que la fotografía le hace justicia (es horrendo). El pequeño y coqueto edificio que sin ser ninguna maravilla arquitectónica aportaba cierta dignidad y gracia a la esquina, como un pabelloncito con ínfulas racionalistas, una composición de fachada decente con una cornisa continua... ha sido sustituido por una aberración arquitectónica que no superaría la asignatura de proyectos de primero en ninguna escuela de arquitectura. Un pastiche kitsch-paleto-"neo-neohistoricista" que no hay por dónde cogerlo. Dad gracias a que no se aprecien las molduras que coronan cada ventana, bastas hasta decir idem. o las barandillas cromadas de los balcones. Una composición de fachada ajena a cualquier criterio, una fenestración de dudoso gusto... pero oye! Que es de piedra de Villamayor cosa que aporta nobleza y caché en esta ciudad.

Así que uno llega a la Plaza Mayor con esa sensación de que todo está perdido en esta ciudad, que tal vez sea hora de desvincularse un poquito más de ella y que a pesar de su enorme potencial y lo fácil que sería convertirla en un lugar más interesante, vividero, activo... si se pusiera un poco de empeño y mimo, aquí impera otra mentalidad y los que manejan el cotarro no están por la labor. 

Diluvia, jarrea, no para de llover como todos los días y camino cabizbajo por los soportales de la Plaza con la firme intención de poner fin a este blog y, hablando mal y pronto, mandarlo todo a la mierda en una gran y enorme traca final que no dejaría títere con cabeza. La ciudad que visito cada vez tiene menos que ver conmigo y con aquella Salamanca universitaria, joven y diferente a otras ciudades de su tamaño, tradicionalmente mucho más grises y aburridas. 

...Suena un murmullo... De repente un grupo de veinte bicis invaden la Plaza y comienzan a girar en torno al nacimiento de luces mientras corean consignas y hacen sonar sus timbres. No lo puedo creer, a pesar del frío y la lluvia la Masa Crítica ha salido a recorrer las calles de la ciudad, y lo seguirán haciendo demostrando que querer es poder, que hay otras maneras de moverse por Salamanca y que hay sitio para todos:
Fotografía de Miguel Gonsálvez Mariño

Y me doy cuenta de todo lo que se ha avanzado y la de gente que está trabajando y moviéndose para que así sea. El colectivo Guardabarros, Masa Crítica, el blog Salamanca en Bici... 

Entonces comienzo a caminar con otros ojos por el casco histórico y paro en Pancake a por un capuccino que me caliente las manos, más rico que el de Starbucks y tres veces más barato. Es cuando pienso en todos esos que a pesar del desolador panorama comercial han apostado por Salamanca con pequeños negocios llenos de personalidad y que debemos mimar.

Y junto a Pancake se alza un edificio que si hay suerte verá nacer pronto el proyecto de "La Malhablada" un espacio para las artes y el teatro que esperamos impacientes y con el que todavía podéis colaborar:  http://www.verkami.com/projects/6374-la-malhablada-microteatro-y-arte-contemporaneo


Y nos habremos quedado sin el Bretón pero ahora tenemos El Teatro "La Comedia" http://teatrolacomedia.com/  que ha llevado las artes escénicas a un barrio como la Prospe y muy cerquita del institucional, sobredimensionado  e infrautilizado CAEM ha brotado el "Espacio Almargen" http://espacioalmargen.blogspot.com.es/  

Sorprendentemente nunca se había programado tanta música en directo en Salamanca y en los últimos meses han surgido nuevos locales en los que, no sé si por diferenciarse en tiempos de crisis, se ha comenzado a programar música de manera estable, algo que se había convertido en anecdótico en los últimos años. Junto a estos, hay gente preocupada por mover la escena charra como Plasplaseo y el Colectivo Sonora, que espero que sigan organizando sus "fiestas hipstéricas" en este 2014 que acaba de empezar. 

De vuelta a casa paso por el barrio del Oeste y camino entre trapas y puertas de garaje decoradas y árboles tricotados que me recuerdan que la gente de ZOES sigue haciendo cosas interesantes y el "puntazo" que ha supuesto el proyecto de galería urbana durante todo este año.

Y nos habremos quedado sin la Ruipérez pero la gente de FEVESA se ha organizado para que Salamanca tenga su primera biblioteca popular "Giner de los Ríos" que no sin dificultades se abre camino en el barrio de San José. 

Así que vuelvo al barrio y al entrar en Garrido me acuerdo de Rosa y Tere de http://vivirengarrido.blogspot.com.es/  de la primera "quedada garrider" y es que sigue habiendo gente intentando mejorar ese lugar en el que has pasado tu infancia y que a pesar de tanto negocio cerrado y persiana bajada todavía habrá personas en tu barrio que se sigan levantando antes de salir el sol para hacer funcionar día a día joyitas como "La Casita del Pan" y otros tantos negocios que intentan sobrevivir.

Entro en casa y vuelvo a ser consciente de por qué Salamanca merece tanto la pena y que a pesar de esa charrilandia cutre de políticos mediocres y apatía social, hay una ciudad espectacular abriéndose paso, llena de gente que trabaja día a día por hacer de Salamanca un lugar mejor para todos. Presiento que 2014 será el año en el que Salamanca después de tocar fondo rebotó hacia el cielo como todos esperábamos.

Siento que está dejando de ser esa Salamanca que se quedaba de brazos cruzados. Nos quitan bibliotecas, las montamos nosotros, nos quitan teatros, los montamos nosotros, hay menos conciertos, los organizamos nosotros, nos dejan sin UDS, no problem, los salmantinos fundan "Unionistas de Salamanca" http://www.unionistascf.com/ (que tengo que hacerme socio ya) Y siento que todos estos proyectos que la gente nota más cercanos, más participativos y en los que se implica directamente, nacen con una base más sólida, por eso quiero volver a confiar en Salamanca. 



A pesar del audio, os dejo con un grupazo de Salamanca que todos deben conocer: ESTROGENUINAS


Opinad, escribid... Contad lo que queráis: