lunes, 22 de marzo de 2010

Día del árbol ¿Dónde están?

Se acaba de celebrar otro de esos "días de" que sirven para concienciarnos a todos, para enseñar a los niños lo buenos y bonitos que son los árboles, para plantar unos cuantos ejemplares en algún parque de algún barrio de la ciudad y para dejar nuestra conciencia tranquila. Es una lástima que una ciudad como la nuestra que tenía que estar viviendo un día del árbol continuo, siga presentando escenarios urbanos impropios de un lugar moderno, sostenible (qué poco me gusta esta palabra), respetuoso con el medio ambiente, social y culturalmente avanzado... En Salamanca seguimos "disfrutando" de calles y avenidas áridas, desnudas, FEAS y deshumanizadas.

Muchas veces a los habitantes de ciudades medianas y pequeñas se nos llena la boca con frases del tipo "es que aquí hay más calidad de vida" "aquí se respira mejor" "nuestras calles son más agradables, tranquilas y vivideras" Pues bien, veamos cómo son algunas calles por aquí y comparémoslas con otras de la gran ciudad más cercana: Madrid.


Calles como El Greco o el Paseo de San Antonio son una clara muestra de ese urbanismo inhumano y cutre que rinde pleitesía al automóvil. Carriles de circulación sobredimensionados y ausencia absoluta de un verde urbano tratado como algo secundario, meramente ornamental, prescindible e incluso innecesario o molesto.

Siento escribirlo con estas palabras, pero éste tal vez sea el rincón más pueblerino de nuestra ciudad. Un lugar céntrico, con un potencial tremendo a los pies de nuestra idolatrada Plaza y rodeado de magníficos edificios sigue postergado, dejado, convertido en una triste plataforma de asfalto. Una pista de "chocones" en la que el coche es el rey. La ciudad sigue ofreciendo un aspecto deshumanizado, desapacible, desagradable, incómodo... pero tristemente bien visto por muchos salmantinos que tal vez por inercia o por falta de espíritu crítico, siguen alabando rincones como éste, en el que todavía es posible moverse en coche con facilidad y pararlo en cualquier parte. Lo más triste tal vez sea la presencia de ese aparcamiento de coches oficiales frente al "Villarrosa" pues debería de ser el Ayuntamiento el primero en desterrar la cateta costumbre de llevar el coche a la misma puerta del trabajo o lugar de destino.
¿Y los árboles? Se publican noticias sobre el aumento del número de ejemplares y especies en Salamanca, se hacen plantaciones pero... la ciudad que vivimos sigue teniendo el aspecto que estamos viendo. La Salamanca consolidada, esa de la que hacemos uso todos los días sigue contando con calles en las que el verde brilla por su ausencia y a nadie parece importarle, tal vez porque no seamos conscientes de lo que significa un árbol en la ciudad y todavía no haya calado en la población un mensaje tan básico.

Una calle en "la jungla de asfalto" en "La gran ciudad" Calle Rector Royo Villanova de Madrid, en la zona de Ciudad Universitaria. ¿Acaso hay algo que se le parezca en Salamanca? TRISTEMENTE, NO.
¿Qué seguimos viendo aquí? Aquí caminamos por calles como las "Avenidas" de Campoamor o Italia. Lugares de escaso tráfico pero mucho sitio para aparcar en doble fila. Calles de los primeros ensanches salmantinos. Desagradables, difíciles de pasear, de disfrutar y que desgraciadamente en pleno siglo XXI siguen con este aspecto cutre y árido.




Veamos ahora una calle del ensanche madrileño como es Blasco de Garay. Una anchura similar a la Avenida de Italia o incluso inferior, viviendas sin garaje y la misma necesidad de aparcamiento que en esa zona de Salamanca, una densidad de población aún mayor que en la zona de Campoamor, el mismo o mayor tráfico de coches pero... enormes acacias flanqueando la calle uniéndose sus copas en lo alto. Muy diferente caminar por aquí una tarde de verano que por esas "avenidas" salmantinas.


Calle Azafranal. Una de las calles comerciales del centro de nuestra ciudad. Creo que no hace falta darse cuenta de cuál es la diferencia si la comparamos con calles similares del centro de Madrid como el primer tramo de Fuencarral (ahora ya peatonalizada por completo)





Muy diferente el aspecto que presenta Canalejas en comparación a la Cuesta de San Vicente madrileña. ¿Por qué?




A lo mejor no son los niños los que deberían aprender a cuidar los árboles. A lo mejor somos los salmantinos de todas las edades los que tendríamos que ir asumiendo responsabilidades. Siento decirlo pero no sabemos para qué sirven los árboles y no somos conscientes de su significado en la ciudad. A la vista está cómo los tratamos, como los valoramos y su escasa presencia en nuestras calles. Nuestra visión del árbol no va más allá de un elemento ornamental, de algo que hace bonito y poco más. ¿Qué se nos olvida? Básicamente que dependemos de ellos y más en el entorno en el que se desarrolla nuestra vida cotidiana. Hasta ahora no hemos aprendido a fabricar máquinas de producción de oxígeno. El verde urbano contribuye a mejorar la calidad del aire que respiramos, aportan sombra, son pantallas acústicas, fomentan la biodiversidad (a ver cuándo empezamos a entender la ciudad como un ecosistema, como un ente vivo) contribuyen al correcto desarrollo del ciclo del agua, nos protegen de los agentes atmosféricos, retienen las partículas nocivas en suspensión y algunas especies se ha demostrado que cuentan con cierto carácter antibiótico.

Pero volvamos a la realidad. En Salamanca se siguen leyendo y oyendo quejas del tipo "A ver cuándo podan los árboles frente a mi casa, que se me meten ramas y bichos y no me entra la luz" Tal vez muchas veces tengan razón pero otras (también siento mucho decirlo así) responden a esa necesidad de tener la ventana despejada para ver quién o qué pasa fuera, tras los visillos, nada más. Reflexionemos un poco y centrémonos en "calles de la discordia" como Filiberto Villalobos. Una hilera de frondosos plátanos de sombra que son motivo de queja todos los años. Árboles de hoja caduca que en las épocas de menos luz están desnudos y no afectan a unas viviendas orientadas al sur que reciben la solana de pleno los meses de verano y que gracias a estos ejemplares que tanto detestan, sus casas se mantienen tres o cuatro grados centígrados por debajo de la temperatura que se alcanzaría sin ellos. Del mismo modo en invierno les sirven de protección y hacen que se ahorren algo de dinerito en calefacción, por no decir la cantidad de porquería que se acumularía en las fachadas y ventanas de esos edificios gracias al tráfico rodado de no existir esa hilera de plátanos. Pero da igual: El árbol "me estorba y no puedo ver por la ventana"


El caso es que al echar un vistazo a esta calle se aprecia una distancia aceptable entre árboles y edificios que hace difícil entender las quejas vecinales.


Y ya no hablemos de esas podas exageradas como la que se observa en esta imagen de la Gran Vía.



No sé que pensarían estos vecinos de Filiberto Villalobos si se trasladasen a vivir a edificios de la Cuesta de San Vicente o del Cruce entre la Calle de Alcalá y Doctor Esquerdo, lugares en los que árboles de la misma especie cumplen magníficamente su función protectora de ruido, humos, suciedad, calor y frío.





Para terminar, unas vistas aéreas del barrio de San Bernardo en Salamanca y de la zona de la Calle Colombia en Madrid. Lejos de la evidente diferencia en el tejido urbano, las tipologías de vivienda y el urbanismo desarrollado en ambos lugares, creo que es evidente que a Salamanca le falta MUCHÍSIMO CAMINO POR RECORRER en materia de verde urbano. Ojalá dentro de treinta o cuarenta años las calles de Salamanca no tengan nada que ver con lo que os hemos enseñado hoy y la mentalidad haya cambiado.

4 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo...He estado varios años viviendo en Madrid, y al volver a Salamanca, cuando me preguntan qué es lo que echo de menos de Madrid, siempre digo "los árboles en la calle, y los parques". La gente me mira extrañada, pensando que Madrid es una capital inhumana y que en provincias se vive mucho mejor, pero para nuestra desgracia en este tema vamos a la cola...

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  2. Pues yo te digo dónde van a replantar un montón, en el paseo junto al carril bici que va desde el fluvial por debajo de Mirat.
    A lo mejor no es el sitio que más lo necesite, pero lo cierto es que llevan los alcorques vacios mucho tiempo, y ahora parece que va a poner algo ahí, que por cierto, llevan abiertos los agujeros por lo menos desde finales del año pasado.

    Con respecto a porqué no se colocan más en lugares donde no lo hay, es verdad que a mucha le gente "les molestan", e incluso "no duran" lo suficiente como para sobrevivir, en mucho casos por golpes de vehículos.

    Yo te puedo decir que delante de mi ventana existe uno relativamente joven que ya se lo han cargado más de una vez y que ahora parace que va a ser la definitiva para que viva. Es más, hasta yo lo he regado y abonado para ver si tira para adelante y me tapa la ventana, que en verano hace mucho calor y no hay nada que me de sombra.

    Lo de las podas, es bestial. O se pegan unos pasotes tremendos como los de gran via, e incluso alamedilla, o no aparecen por el barrio en varios años.

    En fin.

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  3. Tienes toda la razón, me da mucha pena cuando veo Salamanca a vista aérea en Google y la veo árida total (sólo verdea Alamedilla, parque Jesuítas,MªMediadora-Torres Villarroel y poco más...) y la comparo con ciudades como San Sebastián o Vitoria donde se aprecian árboles y jardines por todos los lados.Diferentes mentalidades.

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  4. Con tu permiso, copio y pego. Es MUY bueno, y MUY buen trabajo. Muy currado con las fotos y todo. GRACIAS

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