lunes, 1 de diciembre de 2008

Aprovechando una noticia

Sé que últimamente la cosa está un poco parada: Hay menos tiempo para publicar. Os prometo que haré todo lo posible para recuperar el ritmo (Sigue habiendo muchas ideas y muchos temas de los que hablar. Por eso no os preocupéis) Aprovecho una noticia publicada hoy en Tribuna de Salamanca en la que se habla del ingente número de coches que circulan por la ciudad, para dar mi opinión a cerca del tema.
Soy consciente de que estos planteamientos escaman bastante al personal, pues nos es muy difícil desprendernos de viejos esquemas y hábitos, pero os pediría por favor que reflexionaseis sobre el tema y por supuesto, que expongáis vuestra opinión. Dejaré una encuesta en la parte de abajo para tantear puntos de vista.
Lo único que pretendo es que pensemos un poco nuestra ciudad y en nuestra ciudad. A lo mejor es un tema obsesivo para gente como yo cuya labor gira en torno a la arquitectura y el urbanismo y si además se suma un cariño especial por esta ciudad.

Ahí va:

"Yo creo que las cifras hablan por si solas: Un coche por cada dos habitantes. 80000 vehículos privados circulando por una ciudad relativamente pequeña, compacta, centralizada y con una población envejecida en la mayoría de sus barrios. Lo siento señores: Salamanca tiene que mirar hacia adelante y aunque la gran mayoría apueste por este medio para desplazarse por la ciudad (Algo que tampoco es verdad, ya que la gran mayoría de los desplazamientos son peatonales) sería un acto de irresponsabilidad muy grande el que un ayuntamiento se lo pusiese cada vez más fácil al coche. Yo no tengo coche, porque no quiero, porque no lo necesito para trabajar, porque no me parece elegante, porque no es práctico para moverme por Salamanca, porque no me da la gana gastar en gasolina, seguro, reparaciones, revisiones, impuestos... Porque como inversión me parece una ruina, porque contamina, porque mete ruido, porque saca lo peor de mí cuando lo conduzco... Respeto y entiendo que la gran mayoría de la población tenga tan interiorizada la "necesidad" de contar con un vehículo propio motorizado y propulsado por combustibles fósiles en el que montarse para ir a comprar los sábados a un centro comercial en las afueras como si Salamanca fuera Detroit y no hubiese comercio en el centro (que para más "inri" es el mismo) Imagino que será por esto por lo que el personal pone el grito en el cielo cuando ve amenazada su "libertad" como en el caso reciente del tramo de la Avenida de Portugal que está siendo reformado y con el que muchos charritos se muestran indignadísimos por haberse eliminado aparcamientos para ser sustituidos por árboles, aceras amplias y zonas verdes. Tal vez sea por este mismo motivo por el que muchos comerciantes del centro consideren que la solución a sus problemas esté en cargarse el arbolado de la Plaza de los Bandos para convertir ese espacio en un almacén subterráneo de estos cacharros, desoyendo la opinión de cualquier voz especializada en urbanismo y saltándose a la torera un plan de movilidad que el ayuntamiento esconde en un lugar secreto bajo doce llaves. Todo por el capricho de un alcalde al que una noche le da por cambiar de opinión y para agradar a las "fuerzas vivas" (vivas, pero anacrónicas) opta por llevar más presión de tráfico a una zona a la que se podría sacar mucho partido.
Lo que me consuela es que por mucho que se enfurruñen, por mucho que lloren y por mucho que pataleen; el coche tal y como lo conocemos hoy tiene sus días contados. Aunque nadie tome medidas y los ciudadanos sigan dependiendo de él de esa manera, a mi juicio, ridícula.
No sé si alguien se ha dado cuenta de que hasta hoy no hemos descubierto ninguna máquina capaz de producir oxígeno y que deberíamos fomentar y cuidar el arbolado como oro en paño. Que está más demostrado que a más infraestructuras dedicadas al coche, más intensidad de tráfico (Aparcamientos, rondas, puentes, carriles excesivos...) y que el coche no es una herramienta práctica para desplazamientos como los que se dan en nuestra ciudad.
Es bonito imaginar una Salamanca moderna, con calles en las que los sectores sociales más débiles son los reyes: Seguras, cómodas, limpias, con sombras y árboles, lugares de encuentro y no de paso, vinculadas al comercio y a las relaciones sociales en lugar de ser meros canalizadores de tráficos.
Sin embargo uno sale a la calle y se encuentra que las calles de su barrio son una plataforma de asfalto en la que sus obcecados vecinos dejan aparcados sus trastos y por las que circulan a velocidades poco adecuadas. El espacio sobrante, el que te dejan, consiste en unas minúsculas aceras cuya única función es la de permitir que te desplaces con la seguridad de que los coches no te lleven por delante. Y luego dí algo: Que tendrás a los vecinos hechos unos basiliscos cuando vean amenazado su "privilegio" de estacionar el vehículo junto a su casa "que para eso pagan el impuesto de circulación" No les tosas. Que todos te argumentarán mil y un motivos por los que el coche les es imprescindible e irrenunciable en sus vidas. Así que mejor callarse y dejar que el tiempo pase y acabe poniendo las cosas en su sitio. Asistir a dos atropellos mortales en tus narices en un mismo verano, poner malas caras en cada paso de peatones porque nadie se para para que cruces, escuchar la música más "choni" a todo volumen como reclamo para fijar tu atención en el típico coche "tuneao" cuyas modificaciones, a cual más estridente y cara, son directamente proporcionales a las frustraciones del sujeto que lo conduce, ver las fotografías de los periódicos locales en las que se muestran diez coches tras un semáforo mientras se habla de "caos" de tráfico cada vez que se produce el más mínimo cambio en la circulación rodada de la ciudad... Aguantar los pitidos de los coches y jugarse la vida cuando uno va en bici por la calzada o las malas caras de los peatones cuando te subes a las aceras para salvar el pellejo (Esto último lo entiendo más, pues ya tienen bastante reducido su espacio)
Y los comerciantes creerán que tener un aparcamiento en la puerta de su negocio les proporcionará más beneficios que contar con un entorno urbano favorable y amable sobre el que actuar.
Uno sigue soñando con esa Salamanca, tan fácil de conseguir... Se ha puesto a nevar y todos los coches de mi calle están blancos."

4 comentarios:

  1. De que nos sirve el trabajo que hemos desarrollado en la Plataforma de los Bandos. Al final las fuerzas anacrónicas han ganado. ¿Cómo es posible que se destruya el parque de Garrido para hacer un nuevo parking, sin que nadie alce la voz?¿Quien bendice las obras de la Avda Portugal?. ¿Qué estáocurriendo con la prensa de nuestra ciudad?

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  2. Magnífico artículo, solo tiene un error, cuando dice: "poner malas caras en cada paso de peatones porque nadie se para para que pases".
    Este es un error grave, por algo es Salamanca la ciudad de España con mayor índice de atropellos, pues el paso de peatones es para pasar por el y no por cualquier otro parte de la calle, pero siempre que no pasen coches, otra cosa es el paso de cebra, en el que el peatón tiene preferencia, ¿que distingue al uno del otro?, en que el paso de peatones no está señalizado con una señal y el de cebra sí.
    Con las rayas blancas en el suelo hay tres tipos, el de peatón, sin señal indicativa, el de cebra con señal indicativa y el del semáforo, también con señal indicativa, los tres tienen las mismas rayas blancas, pero cada uno es diferente según su señal o según si no la tiene.
    Si alguno tiene dudas que llame a tráfico o que se pasee por Madrid, por ejemplo, es otra manera de darse cuenta del error de los peatones salmantinos.

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  3. Culpabilizar a los peatones

    Es verdad que hay muchos peatones que no atravesamos las calles de la forma más correcta, pero hay que tener en cuenta que a veces tenemos prisa, otras estamos cansados, otras despistados, también hay personas que atraviesan la calle de forma incívica, pero creo que esos son los menos.
    En todo caso hay que proteger a la parte débil, al peatón frente al automóvil, al coche frente al camión, al pequeño frente al más grande, así está contemplado en algunos códigos de circulación pero no en el nuestro.
    La tendencia dominante (medios de comunicación, Ayuntamiento, autoridades), es la de culpabilizar a los peatones que "invaden" la calzada, esto no es de recibo.
    ¿Porqué se diseña la mayoría de las calles y rotondas en función del tráfico rodado en vez de tener en cuenta a todos los usuarios?
    Chema (Ecologistas en Acción)

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  4. Contestando a Tormal: Tu mismo lo dices, "no atravesamos las calles de la forma mas correcta", y las prisas, el cansancio o el despiste no son patrimonio exclusivo del peatón, las normas han de ser respetadas por todos, por el conductor que lleva una máquina que puede matar y por el peatón que se juega la vida, el tráfico no puede ser una selva, los coches no han de ir a mas velocidad que la permitida, ni funcionar por las aceras, por muy anchas que estas sean, y el peatón ha de cruzar adecuadamente según lo regulado, el defender lo contrario poniendo excusas, como las prisas, el despiste o el cansancio, es una irresponsabilidad que puede llevar a la perdida de vidas humanas.
    No podemos decirle a los peatones que miren mal a los conductores para poder pasar por donde no debe hacerlo,el decir esto en el artículo, me ratifica en el desconocimiento que se tiene de las normas, y si educamos así a los ciudadanos, seguiremos siendo la ciudad con el porcentaje mayor en nº de atropellos y muertes.
    Según mi criterio las normas que regulan el trafico son correctas, no digo que no sean mejorables, pero si se le dieran todas las preferencias al peatón, la circulación sería imposible.
    Por lo tanto seamos sensatos, los peatones hemos de cruzar cuando el semáforo se nos ponga verde, con prudencia cundo crucemos por un paso de cebra aun sabiendo que tenemos preferencia y por el paso de peatones cuando no vengan coches y por supuesto no cruzar por ningún otro sitio que los indicados.
    Yo soy conductor y peatón, y observo que la mayoría de las veces somos los peatones los que nos saltamos las normas.
    Sería interesante que alguien aportara otras soluciones para mejorar las normas de tráfico y después proponerlas a la Jefatura Central de Trafico.
    Pero mientra las normas sean las que son, seamos responsables, pues podemos producir mucho daño y mucho dolor.
    Me ratifico, un magnífico artículo, pero con un error grave.

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